La tecnología ha creado nuevos puestos de empleo. También empieza a generar muchísimo más dinero que muchos países y en definitiva, está generando problemas a aquellas empresas que no se han decidido a actualizarse.
Adaptarse a cambios en el manejo de la calidad, los empleados y las nuevas políticas de muchos países no es gran problema para las empresas que desean mantenerse en el mercado. Sin embargo, algunas aún se resisten al cambio en el ámbito tecnológico, y no, no en la actualización de sus equipos (esto se traduce en mayor seguridad y mayor productividad). Sino en la adopción de nuevos métodos publicitarios, métodos de trabajo y en el manejo de empleados y el outsourcing.
En los últimos años se ha hablado de tendencias como big data, el internet de las cosas y la inteligencia artificial.
Cambio en las empresas
Para numerosos líderes de empresas estos términos resultan extraños y no es de sorprender que crean que sus empresas no pertenecen a tal nicho, que es algo destinado a empresas de como Google, Microsoft, entre otras.
Es cierto que la tecnología parece a provecharse de problemas que no creíamos que estaban ahí,. La tecnología genera una necesidad, y por ende, se requiere para solventarla. La tecnología no presenta una solución final para los problemas de las organizaciones, pero, ayuda a resolverlos.
Muchas empresas solventan sus problemas de manera instintiva, sobre todo aquellas que apenas inician o bien aquellas que, paradójicamente llevan tanto tiempo en el mercado que poseen extensa experiencia en la resolución de los problemas más típicos.
Cuando se desea encontrar la solución a un problema de negocios debemos utilizar numerosos métodos de resolución de problemas. La técnica de la causa-efecto nos enseña que detrás de un problema, hay una serie de situaciones que lo han generado como:
- Falta de comunicación.
- Procesos no cumplidos.
- Políticas de la empresa.
¿Cómo puede la tecnología solventar los problemas de las empresas?
Al combinar la tecnología con la resolución de problemas obtenemos un sistema basado en datos. Esto permitirá seleccionar el mejor curso de acción para resolver una situación en particular. Debido a esto, una organización cambia por completo su forma de trabajar, deja de ser una compañía dirigida por instintos y pasa a ser una compañía basada en los datos.
Esto no significa que se debe negar el valor de la intuición y la experiencia. Muchas decisiones son mucho más fáciles de tomar con ayuda de datos concretos evaluados por un sistema computarizado. Este encargará de evaluar la realidad de forma cuantitativa.
La experiencia no puede ir en contra de datos que establecen la realidad de los hechos. Esto provoca un tambaleo en el “status quo”. En el cómo se hacían las cosas y como deben de hacerse ahora para garantizar el éxito de una organización.
¿Es entonces necesario un sistema de análisis de datos “big-data” en las empresas?
En un mundo tan globalizado, donde una mala decisión tomada por una empresa que mueva más dinero que una nación afecta a toda la economía mundial si, es necesario. Pero, también es necesario en pequeñas empresas que apenas van surgiendo. Al final, el análisis de datos garantizará un uso eficiente de los recursos y la resolución oportuna de los problemas.