Ya son varias las generaciones que, desde el nacimiento, conviven con la tecnología. No es necesario acudir al deporte para ello pero, ¿es este ámbito un lugar de ensayo-error para el resto? ¿Está el transhumanismo cada vez más cerca, en cualquier rincón?
¿QUIÉN HACE EL ESFUERZO?
Preguntas trascendentales que, sin embargo, se dejan olvidadas sobre la almohada. Si en un principio la tecnología se usó como medio para lograr comodidad y cuidado, la controversia está servida. ¿Los logros se deben a las personas que la llevan o al mecanismo artificial en sí mismo? Por tanto, el deporte está en el punto de mira. La competencia no da tregua.
Dejando a un lado el tira y afloja, los avances en tecnología deportiva no son conocidos en su plenitud, a excepción de algunos puntuales. Esto se debe, en gran medida, a que este sector no cumple con el beneplácito unánime en cuanto a ética se refiere. Además, la sociedad no contempla un avance hasta que no alberga a la población general.
ROMPIENDO LA TRADICIÓN
Seguro que conocen el «Ojo de halcón». Tan popular en el tenis, se ha querido implementar versionado en el fútbol, aunque la FIFA no esté muy de acuerdo. Su justificación es la falta de recursos por parte de algunos clubes, aunque la añoranza al fútbol tradicional se palpa en el ambiente.
A pesar de ser el más conocido, la tecnología aplicada al deporte no acaba ahí. Desde la ergonomía se intenta cada día superar la barrera de lo imposible. Este hecho queda patente en los deportes paralímpicos, donde las sillas de ruedas son sólo la punta del iceberg. Gracias a este campo, la sociedad ha mejorado su calidad de vida como no había sospechado.
PUESTA A PUNTO
La personalización de productos, como los trajes a medida y las píldoras de control, suponen un ahorro económico y sanitario a los responsables. Así, la aerodinámica estará de parte del mejor junto con la regulación de las funciones vitales, sin dejar de lado los chips en los balones y los petos, hilando fino.
Aunque un avance lleva a otro avance y, claro está, si la tecnología hace las raquetas más ligeras y las bicicletas más rápidas, se necesita poder estar a la altura. Es entonces cuando entran en escena los vídeos de rebobinado. «La mano de Dios» quedó para la historia.
TRANSHUMANISMO O CIBERESPECULACIÓN
Después de todo lo anterior se podría pensar que la tecnología está rodeada de innovación y gratitud. Sin embargo, existen posturas enfrentadas. La más extendida es la contraria al transhumanismo, que ve cómo día tras día el ser humano se acerca más a un robot con sentimientos. Semejante al que se usa en la actualidad para probar todo aquello que dañaría a la persona más fuerte.
Este debate no se resolverá a corto plazo, menos aún en el deporte, siendo una actividad tan visible y constante en cada época. Así pues, sólo queda seguir adelante, por la salud de los deportistas y el público dedicado. Tal vez tengan razón y algún día veamos robots en las pistas. Tal vez no y la esencia humana permanezca bajo las piezas de laboratorio. Y tú, ¿qué opinas?
Para saber más: Microrrobots