Según la Academia Americana de Pediatría y la Sociedad Canadiense de Pediatría, SI, los bebés de entre 0 y dos años no deberían de tener ningún contacto. De manera similar aplica para las edades de 3 a 5 años, donde la restricción va a una hora por día. Si nos vamos desde los 6 y los 18 años, el restringir el acceso a la tecnología llega a un uso de 2 horas al día.
Según la terapeuta ocupacional pediátrica Cris Rowan, los niños y jóvenes usan la tecnología cinco veces más que estas cantidades recomendadas, con graves consecuencias hacia su salud y su vida. Esta terapeuta pide que se prohíba el uso de los dispositivos portátiles para los niños menores de 12 años.
¿Es esto realista? Si nos vamos al uso de las TICS para estudiar no. En tal caso la restricción de uso de solo dos horas para los niños y adolescentes hasta los 18 años es irreal. En esta etapa no se debe satanizar el uso de la tecnología, sino, controlarla y regularla, guiarla hacia derroteros más productivos.
No se puede criar a los niños actuales como nos criaron a nosotros o como fueron criados nuestros padres. Ese es el reto de los padres de hoy.
Restringir el acceso a la tecnología en cada etapa
Desarrollo cerebral
En esta etapa nos encontramos con un rápido desarrollo cerebral. El cerebro triplica su tamaño en el niño y continuará este desarrollo hasta los 21 años de edad.
El desarrollo cerebral estará determinado por los estímulos ambientales. Los estímulos que provocan los equipos electrónicos como los móviles, el televisor y otros está asociado con un incremento en la impulsividad, retrasos cognitivos, problemas de aprendizaje, disminución de la capacidad de controlarse entre otros.
Cabe destacar que esto es muy evidente en los hijos de aquellos padres que usan la tecnología como una “niñera”
Retraso en el desarrollo físico
El uso continuo de la tecnología restringe el movimiento, convierte a la persona en sedentaria. Al restringir el movimiento se traza el desarrollo del niño, lo que afecta su alfabetización y reduce su rendimiento en el aprendizaje.
Obesidad
Los niños deben de ser activos, así como los adultos. Un niño al que se le permiten equipos electrónicos en su habitación tiene un 30% más de probabilidades de ser obeso, padecer diabetes y problemas cardiovasculares en el largo plazo.
Problemas de sueño
Según estudios del Boston College en 2012 el 755 de los niños de 9 a 10 años se ven privados del sueño si cuentan con tecnología en sus habitaciones. Esto afecta negativamente sus calificaciones y rendimiento.
Agresión
Los niños se ven cada vez más expuestos a la violencia física y sexual. Al día de hoy las generaciones actuales, se han visto insensibilizadas ante la violencia.
Emisión de radiación y cáncer
En el año 2011 la OMS clasificó los móviles como un riesgo de categoría B2 o posible cancerígeno. Esto debido a la emisión de radiación. Los niños son más sensibles a estas radiaciones.
¿Se debe restringir el acceso a la tecnología a los niños?
Si y no, bien utilizada puede ser una herramienta de aprendizaje única. Esto significa que como padres no podemos ir de un extremo (tecnofobia) a otro (permitir que la tecnología haga de niñera)
- Se debe prohibir la permanencia de tecnología en el cuarto del niño y del joven. Para ello es necesario establecer un espacio en el hogar donde exista uno o dos ordenadores de uso común.
- Al joven se le puede ofrecer un móvil solo después de los 12 años de edad. En este caso, un móvil chino va de maravillas, son de bajo precio y sus características impiden que se puedan instalar demasiadas aplicaciones.
- Vigila el móvil de tu hijo o hija con aplicaciones secretas. Puede sonar paranoico, pero hoy en día existen amenazas a la que no estábamos expuestos nosotros.
La tecnología es una gran aliada, para asegurarnos que no se vuelva en contra de los niños, debemos ser buenos padres y tratarla con equilibrio. De esa forma, puede contribuir al estudio y a la recreación, sin afectar la salud de los más pequeños.